Los niños y el deporte

01.01.2020

Hace unas semanas atrás tuve la posibilidad de volver a hablar con un entrenador respecto de un tema que siempre estuvo presente en mi mente, un tema que no debería ser menos importante para clubes, entrenadores y padres, lo que llamo el síndrome del hijo campeón, ya que considero que es una de las causales por la cual muchos niños a llegar a la adolescencia abandonan la práctica del deporte.

Aún recuerdo mi desagrado cuando siendo jugadora o entrenadora escuchaba a padres gritándoles a sus hijos en los partidos. Es más, me atrevería a decir que agrediéndolos más que gritándoles.

Algo muy común en algunos padres, y digo algunos porque por suerte no todos viven la práctica del deporte de sus hijos de la misma manera, es que sufren el síndrome del hijo campeón. Es entendible que como padres veamos a nuestros hijos como los más "lindos", los "mejores", los más "inteligente", etc., sin embargo, eso no debería ser motivo para que algunos papas olviden el motivo por el cual un niño debe practicar un deporte, y digo debe, porque considero que hay aspectos de la práctica del deporte en los niños que tienen que estar presentes y no pueden olvidarse en el afán de cumplir nuestros sueños de deportistas a través de los niños.

Cuando elegí comenzar a jugar al básquet recuerdo que lo hice por amor al deporte, porque quería compartir con ese grupo mañanas y tardes divertidas, quería conocer nuevos amigos, quería pasarla bien. No porque pensaba transformarme en la Jordan del básquet, aunque los con los años mis aspiraciones de rendimiento deportivo fueron creciendo.

Siendo entrenadora buscaba que las jugadoras se divirtieran, se relacionen, aprendieran valores como el respeto, el compañerismo, la disciplina y el valor de intentarlo en lugar de decir no puedo, eran niñas y los niños deben tomar el deporte como un espacio de juego no de competencia y donde sólo se busquen resultados. Aún recuerdo sus rostros de felicidad cuando aun perdiendo un partido les regalaba una golosina por el esfuerzo y las ganas que le habían puesto, sin embargo, no logro recordar a esos padres alentándolas en una derrota.

Me pregunto qué clase de deportistas estamos fomentando si a una temprana edad le exigimos resultados competitivos, en lugar de incentivar el juego.

Me pregunto qué clase de hombres y mujeres estamos formando si en lugar de alentarlos, los criticamos, los desmoralizamos, etc.

Por todo ello es importante entender que tenemos que prestar atención, ya sea como papas, entrenadores o institución en como acompañamos a los niños en el deporte.